
En esta época del año, cerca de las señaladas fechas navideñas, suele acentuarse la desconexión en algunas personas y por eso es una oportunidad maravillosa para mejorar, aprender y practicar el arte de la felicidad, que sin duda, es un arte.
Sobre todo en las ciudades, los estímulos para incitar al consumo en estos días es, en mi opinión, una forma, muy exagerada, de desconectarnos de nuestra esencia.
Los niños no pueden dar un paso sin sentirse atraídos por algún muñeco que se mueve, alguna luz brillante o alguna canción a todo volumen. Estiran de la mano a sus mayores para acercarse a donde quieren ir, mientras los mayores, que suelen tener poco tiempo para hacer todo lo que quieren hacer, estiran de vuelta de los brazos de sus pequeños para seguir su camino y conseguir lo que creen que necesitan a toda costa.
Algunas personas discuten sobre los regalos que quieren hacer en común, se quejan de las colas, se gastan más de lo que tienen, soplan, se cansan, se aburren, cargan bolsas enormes y pesadas, hacen favores que no quieren hacer…Es la época del año donde más pisotones se dan en general, ¿Sabes por qué? Por la falta de presencia que se necesita para hacer las cosas de esta manera. (más…)